Precauciones en los rí­os

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Revisión del 17:48 11 nov 2005 de WikiSysop (discusión | contribuciones) (Preparación Personal y Responsabilidad)
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Bajar ríos en kayaks es potencialmente peligroso. Todo el que desee jugar en los ríos debe, ante todo, ser un buen nadador. Idealmente, cada remador debe estar preparado para rescatar a sus compañeros. El código de seguridad de American Whitewater Association] es un buen recurso para leer al respecto. A continuación sigue una adaptación del código de seguridad de American Whitewater Association, traducida al español.

Código de Seguridad

Este código ha sido preparado usando la mejor información disponible y ha sido revisado por una amplia variedad de expertos en descenso de aguas blancas. Sin embargo, el código es sólo una colección de guías; los intentos de minimizar el riesgo deben ser flexibles, sin ser constreñidos por un conjunto de reglas rígidas. Las condiciones cambiantes de los ríos y las metas del grupo se combinan con circumstancias impredecibles y pueden requerir procedimientos alternos. Este código no tiene nada que ver con guías o proveedores de servicio en los ríos.

I. Preparación Personal y Responsabilidad

  1. Se un nadador competente, con la habilidad de manejarte bajo el agua.
  2. Usa un flotador. Un flotador ajustado ofrece protección a la espalda y los hombros, así como la flotación necesaria para nadar seguramente en aguas blancas.
  3. Usa un casco sólido y bien ajustado cuando hay posibilidades de voltearse. Esto es esencial en kayaks o canoas cerradas y recomendable para canoas con tiras en los muslos o balsas bajando chorros y caídas empinadas.
  4. Nunca remes fuera de control. Tus habilidades deben ser suficientes para detenerte o llegar a la orilla antes de caer en peligro. No entres en un rápido a menos que estés razonablemente seguro de poder bajarlo seguramente y sin lastimarte.
  5. Los ríos con aguas blancas contienen muchos peligros que no siempre son fácilmente reconocibles. Las siguientes son las principales causas de accidentes fatales.
    1. Aumento en el nivel del río. La velocidad y el poder del río aumenta tremendamente cuando el flujo crece, incrementando la dificultad de la mayoría de los rápidos. El rescate se hace progresivamente más difícil a medida que el nivel de agua sube, añadiendo al peligro. Detrito flotante y cernidores pueden convertir un rápido fácil en un peligro. En ocasiones es difícil juzgar el nivel del río en el lugar de partida por que un aumento pequeño en un lugar amplio y poco profundo se multiplicará muchas veces donde el río se estrecha. Usa información de niveles de flujo siempre que sea posible y está pendiente de los efectos de la lluvia en la cabecera de los ríos.
    2. Coladores. Follaje, ramas, arboles caídos, rocas socavadas, o cualquier otro objeto que permite que el agua pase a través puede atrapar un bote contra el obstáculo. La presión del agua en esta forma puede ser abrumadora. El rescate es frecuentemente en extremo difícil. Uno puede quedar atrapado en una corriente rápida con poco o nada de aguas blancas para prevenir del peligro.
    3. Represas, muros, reversas, huecos, e hidráulicos. Cuando el agua cae tras un obstáculo se devuelve sobre si misma, formando una fuerte corriente río arriba que es capaz de aguantar un bote o a un nadador. Algunos huecos son excelentes para deporte. Otros son comprobados asesinos. Los remadores que no pueden distinguir la diferencia deben evitar todos los huecos que los pongan a dudar. Los hidráulicos causados por el hombre que se forman tras las represas debe tratarse con el máximo respeto sin importar la altura de la caída del agua o el nivel del río. No obstante su apariencia benigna, pueden ser una trampa sin posible escapatoria. La única escapatoria para el nadador es sumergirse hasta encontrar la corriente que fluye bajo la reversa en la superficie.
  6. Ladearse. Cuando un bote se da de lado contra las rocas en una corriente fuerte puede colapsar o abrazarse contra el objeto que lo detuvo. Esto es especialmente peligroso para los remadores de kayaks o canoas cubiertas. Estos botes pueden colapsar y la combinación de un material casi indestructible y lo ajustado de las abrazaderas pueden crear una trampa mortal. Aún sin quedar atrapados, un bote ladeado contra las rocas puede ser casi imposible de zafar. Para evitar que el bote se atrape contra las piedras hay que mover el peso río abajo al golpear los obstáculos. ->\0 Esto permite que la corriente se deslice bajo el casco del bote sin ningún problema.
  7. Remar solo debe evitarse. El mínimo es un grupo de tres personas o dos botes.
  8. Hagan un juicio razonable de sus habilidades en un bote y no intenten bajar ríos o rápidos que estén más allá de sus habilidades.
  9. Manten buenas condiciones físicas y mentales, consistentes con las dificultades que se pueden esperar. Juzgua apropiadamente la pérdida de habilidad debido a la salud, la edad, o la condición física. Cualquier limitación de salud debe ser comunicada a los compañeros de remo antes de iniciar el viaje o la bajada.
  10. Tengan práctica en habilidades de auto-rescate, incluyendo como escapar de un bote volteado. El rol esquimal es altamente recomendado para los que bajen ríos de Clase IV o más.
  11. Tengan práctica en habilidades de rescate, RCP y primeros auxilios con énfasis en el tratamiento de hipotermia. Esto puede salvar la vida de sus amigos.
  12. LLevar equipo para emergencias inesperadas, incluyendo calzado que los proteja si tienen que salir caminando del río, una cuerda de rescate, silbato, y fósforos a prueba de agua. Si usan anteojos, amarrénselos y carguen un par de repuesto en viajes largos. Cinta ahesiva de tela en bajadas cortas y un equipo de reparación completo en viajes de varios días. No usar ropa abultada ni botas pesadas que limiten su habilidad de nadar libremente.
  13. A pesar del énfasis en el apoyo al grupo que se refleja en este código, los remeros son últimamente responsables por su propia seguridad y deben asumir la responsabilidad de sus decisiones en cuanto a:
    1. Participar en cualquier viaje. Esto debe incluir la evaluación de las dificultades esperadas en el punto de entrar al río.
    2. La selección del equipo apropiado, incluyendo el bote adecuado para su habilidad y el equipo de rescate y supervivencia.
    3. La decisión de revisar cualquier rápido y pasarlo caminando si es lo más conveniente. Otros miembros del grupo pueden ofrecer sugerencias y consejo, pero los remadores deben resistir presión de cualquiera cuando se trata de remar por encima de sus habilidades. También es su responsabilidad la de pasar por alto cualquier oportunidad de salir del río.
    4. Todos los participantes deben evaluar consitentemente su seguridad y la del grupo, expresando cualquier duda cuando es apropiado y lo que consideren como el mejor plan de acción. Todos los remeros deben considerar la responsabilidad de hablar con cualquier persona que esté actuando inapropiadamente en el agua, aún cuando no sea parte del grupo.